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México, DF, Mexico
Mujer, soltera, independiente, profesionista, Contadora de profesión, pero ni me gusta ni lo ejerzo, si acaso hoy cuento algo son chistes. Soy Gerente de Desarrollo de Negocios en una Firma de Auditoría y Consultoría. Soy virgo del 1 de septiembre, perfeccionista, soñadora, idealista y aún creo en cuentos de hadas...

30 jul 2008

LA INFIDELIDAD Y EL PERDON

Buenos días a todos! No saben qué contenta estoy! ¿Por qué? Pues porque cada día mi salud va mejorando. No puedo contarles todos los detalles porque eso ameritaría la apertura de un nuevo blog sobre el tema, o más que un blog, de toda una enciclopedia de varios tomos!!! El chiste es que todo va marchando de maravilla y eso me pone feliz!
Comienza la cuenta regresiva… Así es: hoy es el antepenúltimo día que escribiré en este blog, por lo que espero que se apliquen junto conmigo y me apoyen con sus comentarios en estos 3 últimos días.

El tema de hoy: La Infidelidad y el perdón. Ya hemos venido hablando de todos los problemas que puede acarrear una infidelidad; también ayer hablábamos de algunas de las posibles actitudes que podrían tomar los infieles, valga la redundancia, tras su infidelidad.

Ahora vamos a suponer que el infiel es cachado con las manos en la masa (entiéndase “masa corporal de un tercero”) o supongamos que no necesariamente lo cachan, pero aún así él/ella se sienten arrepentidos y deciden pedir perdón (pero hablo de una súplica SINCERA).

No creo que pedir perdón sea una tarea fácil, sin embargo sí creo que resulta la parte más sencilla del proceso. Lo difícil es perdonar y perdonar de corazón.

Casi siempre vinculan al perdón con el olvido, ¡y cómo no hacerlo!, pero si no se hace una separación de dichos conceptos sería IMPOSIBLE perdonar, porque salvo que sufriéramos de amnesia, jamás se olvidará un acontecimiento así. Sin embargo, sí es posible perdonar. Eso sí, no cualquiera lo logra. Es fácil decir que perdonas “de dientes para afuera”, pero si el perdón no es sincero, siempre viviremos achacándole al otro sus errores y echándole en cara su traición. Por ello creo que perdonar es un acto que habla de seres espiritualmente superiores, de personas que perdonan como un acto liberador; de personas que entienden que sólo al perdonar lograrán sacar la rabia y el veneno que el otro les inyectó en el corazón. El verdadero perdón consiste en desearle lo mejor de lo mejor al “agresor” e incluso de tenderle una mano si la necesita.

PERO OJO!!! También estoy convencida de que perdonar no implica que la pareja deberá necesariamente seguir junta. Puede ser, si es que así lo que deciden ambos, pero también es probable que sea imposible seguir adelante con la relación…y aún así el perdón es importante. ¿Y saben por qué? Porque al final de cuentas quien perdona no le hace ningún favor al otro, se lo hace a sí mismo. ¿No creen?

¿Qué opinan?

Saludos y que tengan un excelente miércoles (¡¡¡ya mitad de semana!!!)
Alejandra