El tema de hoy tiene que ver con aquellas situaciones donde la infidelidad no es producto de una atracción, de un enamoramiento, de un arranque de pasión y mucho menos de que existan problemas irremediables en la pareja, sino cuando la infidelidad se usa como un arma de venganza.
Otra vez (y juro que no tiene nada que ver con mi género), me atreveré a afirmar que en la mayoría de estos casos (habrá algunas excepciones) es la mujer quien intenta vengarse de este modo de su pareja. ¿Por qué? Porque evidentemente lo que se intenta es castigar a la pareja. Un caso puede ser porque en ocasiones la mujer está tan desesperada por no poder resolver los conflictos con su pareja pese a intentarlo, y entonces atribuyéndole la responsabilidad de dichos conflictos a él, decide ser infiel "para castigarlo".
Ahora bien, la mayoría de las veces ésta situación se da como una revancha a la propia infidelidad del hombre...algo así como "La ley del talión: Ojo por ojo y diente por diente". ¿Pero saben qué? Yo creo que no únicamente en una relación de pareja la venganza es una de las peores opciones; lo es también en cualquier tipo de relación o situación de la vida, ya se trate de una relación de amistad, de trabajo, de negocios, etc. ¿Por qué? Porque la venganza, así como cualquier otro sentimiento negativo como el odio, la envidia, los celos, etc. efectivamente causan daño, ¿pero saben quién recibe el daño mayor? Exacto!, la persona que tiene dichos sentimientos. Esa persona es quien vive intranquila, insatisfecha, llena de odio, y quien poco a poco irá envenenándose por dentro y quien al final es quien más sufrirá.
Por eso creo que en lugar de optar por engañar o vengarnos de nuestra pareja, vale más tratar de arreglar la relación cuando aún es posible, o bien cortar de tajo un vínculo insostenible. Si este fuera el caso es preferible que la mujer o el hombre se queden solos un tiempo y maduren; les queda la posibilidad de que a futuro y con más criterio, encuentren una relación diferente que le brinde la felicidad anhelada.
¿Qué opinan?
Con gran ánimo y ENORMES esperanzas, me despido deseándoles un maravilloso sábado. (ya sólo me faltó decirles: Namaste...ja!)
Alejandra